Crecieron en los sets de televisión. Se hicieron grandes en un medio que, por momentos, las apabulló. Cuando sus compañeros de colegio se preocupaban por el examen del día siguiente, ellas tenían en la cabeza las escenas del programa que protagonizaban. Maduraron de golpe. La TV las convirtió en adultas casi sin que se dieran cuenta. Y ahora, eso les pesa un poco.
Brenda Asnicar, de 20 años, deambula por los pasillos de los estudios de Pol-ka, en Colegiales, enfundada en un jean superajustado y haciendo perfecto equilibrio sobre unos zapatos negros de plataforma. Se sabe linda, por eso se la ve cortando el aire con movimientos de caderas, como si una luz cenital la siguiera por una gran pasarela. Su compañera de elenco, María Eugenia "China" Suárez, de 19, se mueve como una femme fatale : jean celeste al cuerpo y top que deja ver su abdomen chato. Lo demás son sus ojos de un celeste profundo, resaltados por sus pestañas artificialmente alargadas.Hasta hace unos pocos días, grabaron las últimas escenas de Los únicos , que se verán hoy a las 21 por El Trece (ver aparte). Ahora, Asnicar y Suárez se dedican a ponerles cuerpo a Keira y a Sofía, respectivamente, que continuarán en el elenco de la segunda temporada cuando arranque en febrero próximo. Ellas acompañarán a Nicolás Cabré y Nicolás Vázquez, que seguirán en el ciclo, y a Emilia Attias, que se sumará al cuartel general de estos agentes especiales.
"¿Qué idea tenés?", pregunta Asnicar al fotógrafo que busca la mejor luz para retratarlas, toda una experta en el arte de hacer producciones de fotos. Por separado, ambas aparecieron en varias tapas de revistas. Por eso, no es de extrañar que se escuchen frases, como: "Vos estás sonriendo, porque yo hice con la boca así [aprieta los labios]" o "La luz no me da en la cara". En otro momento, Asnicar le acomoda el cinturón del pantalón a Suárez. Se cuidan mutuamente: el pelo y el maquillaje se transforman en prioridades. Sólo así parecen quedarse tranquilas.
Hay que subir una escalera para llegar al camarín de estas pequeñas "divas". Aquí todo es blanco, extremadamente luminoso; una luz ideal para encontrar imperfecciones. Algo que para ellas parece no existir. No hay nada que esté fuera de lugar, y si lo hubiera, en microsegundos lo enmendarían.
En el camarín, las esperan dos platos de comida y gaseosas dietéticas. Es la hora del almuerzo y las dos están famélicas porque llevan varias horas de grabación. Ambas vienen de protagonizar fenómenos derivados de programas de TV: Asnicar fue Antonella, la villana de la tira Patito feo (2007-2008), obra que la llevó de gira por América latina e Italia. Hasta comienzos de este año, Suárez era una de las integrantes de Casi ángeles , el ciclo que se emitía por Telefé. Pero un día, dijeron basta.
"Hay un montón de cosas buenas porque además de actuar en televisión, hacés teatro y giras; cantás y bailás. Lo malo quizás es que es muy esclavo. Más o menos como que entregás tu vida. Todos los días estás grabando. Y los fines de semana, si no tenés teatro, ensayás o grabás un disco. Fueron cuatro años que estuvieron buenísimos, pero no lo soportaba más. Dejás tu vida de lado", dice Suárez, sobre su desvinculación de Casi ángeles .
Asnicar completa el argumento: "Perdés tu vida cotidiana. Era muy exigente. Estábamos meses fuera del país. Extrañábamos a nuestros amigos, abuelos y padres. Entonces, cuando eso invade, te deja de gustar. A mí me pasó con Patito feo . Pero no me quejo porque gracias a eso, estamos donde estamos y pudimos decidir qué es lo que queríamos hacer. Aunque es difícil, creo que fue positivo y es algo que volvería a hacer".
-Empezaron sus carreras de muy chiquitas [Suárez, en Rincón de luz , a los 10 años, y Asnicar, en Cantaniño , a los 11], ¿lo repetirían?
Suárez: -No volvería a hacer Casi ángeles . Pero sí actuaría de niña. Sin embargo, si mis hijos quisieran entrar en el medio, no los dejaría. Tuve la suerte de encontrar mi vocación desde muy chica. Mis padres no querían saber nada con que estuviera en la televisión, tenían fobia de que me aburriera. Así que hablaron con Cris [Morena, la productora de Rincón de luz ] para que estuviera sólo en un capítulo y me sacara las ganas. Pero cuando entré, no me quise ir más y seguí.
Asnicar : -No volvería a hacer un reality show como fue Cantaniño . Lo que pasaba era que te hacías la ilusión de que por ahí te quedabas. Por eso, mi mamá no quería saber nada con que participara. Yo no les prohibiría a mis hijos que actuaran. Haría como hicieron mis viejos, que dejaron que todo fluyera.
-¿No sienten que quemaron etapas al trabajar desde tan niñas?
Suárez: -No sé si quemé etapas. Llevé una vida muy distinta a la de una chica de mi edad. Ahora soy independiente: tengo mi auto, mi departamento y mi plata. Me fui a vivir sola a los 17 años. Son cosas que te va dando el trabajo. De niña, en la tele, estás todo el día con gente más grande, y escuchas sus problemas y discusiones.
Asnicar: - Había que lidiar con esa cuestión de no tener tiempo. Te lleva a madurar. Pero no lo llamaría quemar etapas. Teníamos responsabilidades de levantarnos temprano, de trabajar y de ir al colegio.
Asnicar parece priorizar otras cosas antes que su carrera. Al momento de ingresar a Los únicos , en noviembre pasado, rechazó una propuesta de Televisa para protagonizar una remake de la telenovela, Quinceañera .
EN BUSCA DEL DESTINO: ¿Y ahora qué? Esa parece ser la pregunta que intentan contestar; como si quisieran buscar una nueva dirección en sus carreras. Las dos apuestan porque su participación en Los únicos , y más específicamente en Pol-ka, les abra nuevos caminos en la actuación. Quieren trabajar en películas e interpretar personajes que las saquen de sus roles de estrellas adolescentes. "Me encantaría hacer de asesina o de loca. Es decir, esos papeles que implica que tengas que sentarte a observar para construirlos", cuenta Asnicar, que está produciendo su disco como solista, junto con el guitarrista del Indio Solari, Gaspar Benegas.
Ninguna de las dos es indiferente al hecho de que todo el tiempo son miradas. Están en el ojo de otras adolescentes que las tienen como referentes, pero también de los paparazzi que las acechan para buscar la foto que documente sus romances. En el caso de Asnicar, fue la pareja del futbolista Carlos Tevez. Y Suárez es la novia de Ignacio Viale, el nieto de Mirtha Legrand.
"Fue horrible sentirte todo el tiempo expuesta. Me molesta cuando es una invasión, pero sé que es una consecuencia de este trabajo", recuerda la ex protagonista de Patito feo, cuando estuvo en el ojo de la tormenta por su relación con el jugador.En el estudio, las dos cantan, bailan y hablan de ropa. Se comportan como lo que son: dos adolescentes que buscan hacerles la guerra a los álter egos que construyeron en los sets de televisión. Allí donde un buen día tuvieron que crecer de golpe.
LaNacion.com.ar
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