Silente, me destroza la
pregunta. Clava sus dos ojos negros en los míos y me destroza la pregunta. Está
harta -simpáticamente harta- de que le hablen de él. El su ex novio, él su gran
amor, él su pasado. Pero se planta, dice que no me quiere dejar sin respuesta y
desarrolla. Después, insolente y divertida, me dice que hay cosas mejores de qué
hablar. "¿No?'. Y se ríe, claro, sacándole peso a tanta introducción. Empecemos
pues, hablando de esas otras cosas y dejemos en remojo lo primero.
-¿Cómo
viviste el levantamiento de Los únicos?
-Y... Hay cosas que funcionan y
otras que no. Uno tiene proyectado todo el año, pone expectativas, ilusiones, y
que no se cumplan, es un golpe. Pero lo tomo con la gravedad que se merece, ni
más ni menos, las cosas pasan por algo.
-¿Te gustaba el
producto?
-Me parecía que era lo que se veía. Cómico, humorístico...qué sé
yo. Después de vivir esa experiencia creo por ahí que haría teatro, o me
preocuparía más por algo que me movilice en serio. Pero no me arrepiento. Hay
que vivir todo en la vida y tengo sólo 20 años.
-Seguís usando tu edad
como escudo. ¿Es la ventaja de empezar tan temprano?
-Y... Un poco de changüí
todavía me queda. Já. Igual, este año ya me voy a vivir sola. Estoy en otra
etapa. Me llegó la hora de independizarme.
-¿Estás en el típico período
de las actrices jóvenes, que cuando se quieren reinventar empiezan a hacer
desnudos?
-Já. Já. las fotos las veo como un juego, pero estoy en contra de
que las mujeres sólo jueguen a ser sexys: es un concepto machista. Hay algo
mucho más allá. Estoy en un proceso de madurez, tanto en la carrera como en la
vida, pero no creo que para romper con la adolescente haya que salir en pelotas.
Yo quiero ser artista, no modelo.
-¿Qué tipo de artista?
-Tengo ganas
de ser cantante, pero voy a estudiar. Quiero tocar algún instrumento, pero
también voy a formarme. Hay que hacer las cosas con compromiso; si no, no se
avanza.
-Hablando de compromiso, ¿es cierto que entraste en política?
¿Militas en el Partido Obrero (PO)?
-Já. Algo hay. Llegó un momento en que me
di cuenta de que no tenía idea de muchas cosas, y mi hermano, que sí es
militante del PO, me ayudó a entender algunas cuestiones. Después surgió esta
especie de compromiso por hacer algo. Siento que hay muchas cosas que están mal
y hay que actuar. Todas mis amigas, por ejemplo, trabajan y estudian y ninguna
se puede independizar: no les alcanza el mango para nada. A su vez, los que
tenían poco cada vez tienen menos, y los que tenían más, tienen mucho más
todavía.
-¿Votaste al Frente de Izquierda en 2011?
-Sí. Incluso he ido
a charlas de Jorge Altamira. Me parece un tipo muy claro, muy interesante. Yo no
milito porque la realidad es que no me dedico a eso, pero sí me interesa estar
al tanto de lo que pasa en mi país y ver desde qué lugar puedo contribuir.
Aunque sea en Twitter, por ejemplo, donde miles de fans me ponen mensajitos tipo
"te amo", y hay que decirles que no se preocupen por esas cosas, sino por lo que
importa.
-¿Qué opinas de la estatización de YPF?
-Y... Creo que es más
de lo mismo. ¿Qué va a pasar con lo que expropian? Los de arriba se están
pasando las cosas de mano en mano y no sé si cambiará algo. Hay muchas cosas que
son un mamarracho. Lo del caso Candela, que fue todo a cero. O la tragedia de
Once... ¿Quién se hace cargo de eso?
-Brenda Asnicar, ¿la nueva vocera
del PO?
-Já. No. Yo no soy parte del partido; hablo por mí no más. Mirá,
cuando fui a la marcha por el Día de la Memoria, el 24 de marzo, me sentí
increíble, porque estaba rodeada de gente que hace algo por su país, que siente
la necesidad de movilizarse. Vi las caras de los que en verdad se
preocupan.
-¿Pensás seguir participando de marchas?
-Sí, obvio. Hay
muchas cosas que reclamar. Lo de Mariano Ferreyra es imperdonable. Estaba
protestando y lo mataron; alguien bajó la orden de matarlo, alguien dio las
armas... ¿Estamos todos bajo ese régimen? Mariano Ferreyra podría haber sido mi
hermano, podría haber sido cualquiera. No podemos bancarnos eso como
sociedad.
-Por otro lado, cada vez hay más jóvenes militantes.
-Puede
ser, pero hay muchos más que sólo piensan en frivolidades. Por eso decía que no
me parece interesante hablar de lo de Carlos... Pero, bueno... Yo también
pertenezco al ambiente de la tele. No reniego de eso, para nada. Así que me la
banco.
Aquí vale la pena hacerle una advertencia al lector: según Brenda,
todo lo antes dicho es más interesante que la continuación. Si comparte la
opinión, puede hacer uso de su tijera más cercana y recortar por la línea de
puntos. Si no, lea sin culpa lo que sigue. Capítulo Tevez.
-¿Cómo te
parece que influyó en tu carrera la relación con Carlos?
-No sé, siento que
fue hace mucho tiempo. Hace un año y medio ya que me separé, forma parte del
pasado. Creo que el post fue lo peor de la relación, las secuelas que dejó. Al
día de hoy hago entrevistas y titulan con algo referido a Carlos. No me gusta
eso, se tornó demasiado el centro de todo.
-Empezó a tener más peso que
tu propia carrera.
-Sí, puede ser. Tomó un lugar que no me parece que deba
tomar. No tengo nada que ver con él ni él conmigo; ya está. No tiene ninguna
consistencia que hable de Carlos. Sí, me enamoré, sabía quién era él, y desde el
primer momento me di cuenta de lo que podía llegar a pasar. Pero listo, hoy
tengo cosas mucho más interesantes para contar. Además, la gente ya está harta
de que hable de estas cosas, y la entiendo.
-No volviste a hablar con él,
según dijiste.
-No, cada uno siguió su vida y listo. Terminamos re bien,
reconociendo que estábamos en situaciones distintas.
-Además son de
ambientes lejanos, ¿no?
-No influye eso. Que alguien viva en Recoleta no
significa que sea más inteligente que alguien de la Villa 31. Es un prejuicio
total, que derivó en la gran sorpresa de todo el mundo. La verdad es que Carlos
es muy inteligente y muy bueno. Es un pibe de oro, con muchísima bondad, y a mí
me enseñó muchísimas cosas.
-¿Te molestaba leer de ustedes en los
medios?
-Decían cosas injustas. Se preguntaban si yo estaba por plata,
cualquiera, puro amarillismo, la crítica fácil. Pero como no tenía nada que ver
con la verdad, yo me reía.
De hecho, hasta entiendo a los medios, porque
nosotros no hablábamos y bueno, dimos pie a eso, capaz.
-¿Fue el amor de
tu vida?
-Fue muy intenso. Hasta ahora sí, fue mi gran amor, pero tengo 20
años... Imagínate lo que me falta, tengo muchas ganas de enamorarme. Igual, no
creo en los rótulos. Me parece que, más que un novio, lo que una persona
necesita es un compañero. Y en eso estoy: solterísima, pero abierta a lo qué
pueda suceder. En fin...¿Vos decís que a alguien le importa todo esto?